Cambiemos los titulares
- Marisol Baeza

- May 26, 2021
- 2 min read
Estamos invadidos de malas noticias. A veces me pregunto, si nada bueno pasa bajo el sol ¿Debería existir una ley que dosificara la entrega de malas noticias? Pues no ayudan a tomar conciencia de lo que no se debe hacer, sino que provocan desazón , desánimo y depresión. Cuando las cosas malas se informan, de manera frecuente, ya no es noticia, pues el concepto de “noticia” es narrar un hecho reciente y que convoca el interés de la sociedad. Sin embargo, las malas noticias se repiten una y otra vez, abusando en forma morbosa del acontecimiento, transformando en un circo la desgracia ajena, como si fuera el antiguo circo Romano: mientras más sangre, más lo disfrutaban los espectadores.
La pregunta nace desde las entrañas ¿Qué hacemos con esas malas noticias? ¿Las acuñamos para luego comentarlas una y otra vez, o nos inspira a cada uno de nosotros a desenterrar las cosas buenas que parecen haber quedado enterradas o congeladas en el fondo de los corazones?, ese es el reto.
El principito ofrecería una recompensa para quien publique una buena noticia y se hiciera viral. Creo que sería un buen antídoto a la depresión, en especial para los jóvenes que han tenido que vivir un encierro obligado , alejado de sus amigos , de correr por los cerros , o del balanceo de una bicicleta .
Propongo que cada familia regale una idea de cómo se puede ser feliz en el encierro. En vez de poner acento en el confinamiento , juguemos a la vida es Bella (gran película por cierto) .
Creo que es tiempo de poner en marcha los talentos y de ser resilientes - como dice la Psicología -. Si vivimos el encierro centrados en nosotros mismos , las probabilidades de llenarnos de frustración son muy ciertas , o si victimizamos a los otros en especial a los jóvenes , niños o ancianos. Pero, si nos enfocamos en cómo afectar a otros en forma positiva y en llevar a nuestros cercanos a ser un aporte desde la vereda de cada uno , serviría de trampolín natural para bloquear la depresión o cualquier otro sentimiento de desánimo , ya que se despiertan en nosotros los talentos que probablemente tengamos dormidos o ignorados desde hace mucho tiempo.
Activemos en los niños y en los jóvenes el sentido de la oportunidad, dándole valor a lo que se vive - incluso a la propia pandemia -, seamos agentes de cambio , miremos el Horizonte con esperanza , ayudemos a desviar la mirada del ombligo y anunciemos buenas nuevas ¡La vida es bella!




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